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De materia contaminante a superalimento con la alquimia de Jetzabel

Una joven petareña se ha aplicado a perfeccionar una iniciativa única en el mundo, desde el Centro Nacional de Tecnología Química de Venezuela. A dos problemas, una solución Bien sea aceite de soya, maíz o palma, las empresas que los destilan para consumo humano nunca han sabido qué hacer con los sobrantes que resultan del proceso de elaboración de estos rubros; depositados a cielo abierto hacen combustión y generan incendios y si van a parar a los torrentes de agua lo contaminan por su condición de “pasivo ambiental”. Una de estas empresas solicitó ayuda al Centro Nacional de Tecnología Química, (CNTQ) y la ingeniera Jetzabel Istúriz fue la encargada de asumir este reto. Jetzabel nació en Petare, Caracas, y desde que tenía dos años vive en Naiguatá, La Guaira. Criada por sus abuelos maternos y sus tías, es del progenitor de su madre de quien aprendió muchas de las cosas que la han guiado en su camino científico. Su profundo amor por la Pachamama la llevó a hacer una carrera vinculada con el cuidado de la naturaleza. Se inclinaba a realizar estudios en biología aunque también le llamaba la atención el trabajo en audiovisuales, pero su familia no podía costear ninguna de las dos carreras y por razones de logística terminó estudiando Ingeniería Ambiental en la Universidad Marítima del Caribe, ubicada en Catia La Mar, en la que recibió el título de Ingeniera Ambiental. “Me quedé allí porque a pesar de ser una carrera de ingeniería tiene mucho trabajo de campo, trabajo con la naturaleza, que era lo que yo quería”, afirma Jetzabel, quien no sabía, mientras estudiaba, que ejercería su profesión a carta cabal. Ya titulada, su primer trabajo fue la investigación para su tesis en el área del tratamiento de los desechos que ingresan al país por el Aeropuerto Internacional “Simón Bolívar”. Éstos se consideran nocivos porque no se sabe de qué están hechos y al llegar al terminal aéreo deben ser incinerados sea cual sea su origen o naturaleza. Así que presentó una tesis que tituló: “Plan de Manejos de Residuos y Desechos Sólidos del Aeropuerto General y Operaciones Aeroportuarias”. En la dinámica de un país asediado desde dentro y desde afuera, se dedicó a la enseñanza como primer trabajo formal. Fue docente en educación media y universitaria. En el 2016 le proponen, por referencias de conocidos, un puesto como líder de un proyecto en el Centro Nacional de Tecnología Química, CNTQ, específicamente en el “Estudio de impacto ambiental proveniente de actividades industriales”, pero nuevamente tuvo que renunciar en el 2018, debido a que la crisis inducida con la que han querido arrodillar al país se comenzó a agudizar. Después de un año, en 2019, regresa para apoyar a un compañero en una investigación y terminó quedándose para continuar con el proyecto que había iniciado en el 2016. Luego del análisis de los elementos que componían los sobrantes de los aceites, Jetzabel centró las investigaciones en cómo o en qué darles utilidad y llegó a la conclusión de que podían servir como complemento alimenticio para animales, y decidió trabajar o experimentar con ganado. El manejo de estos residuos son un campo muy poco estudiado. Sólo se conoce que hay unas patentes adquiridas en algunos países europeos que registran el tratamiento con sal como una manera de disminuir su propiedad de combustión, pero nadie ha planteado una reutilización, hasta ahora, que no sea la emprendida por ella desde el CNTQ. Aunque estuvo a punto de irse a otra institución, una vez aprobado el proyecto decidió quedarse para completar las investigaciones que ya había adelantado. Caramelo alimenticio para rumiantes Al comienzo la industria del sector se negaba a suministrarle la materia prima (los desechos del proceso para obtener aceite) por ser “secreto empresarial”. Superado el problema, comenzó a trabajar con los rangos de porcentaje de los ingredientes con los que “armaría” los prototipos y se dio a la tarea de lidiar con algunos de los aspectos necesarios para realizar correctamente el experimento, como el de la compactación de los ingredientes. Apelmazó manualmente “bloques” de 5 a 10 kilos con una mezcla que debe dejarse reposar por varios días –mínimo siete– para lograr que sean suficientemente compactos. La argamasa está compuesta de cal y calcio, que funciona como agente aglutinante; urea, que es una fuente de nitrógeno no proteico que facilita los procesos digestivos; afrecho de trigo u otros similares; la melaza, que es vital para darle un sabor agradable al paladar de vacas, toros y becerros, y sal (cloruro de sodio) o sales minerales. En el proceso de preparación primero se mezclan los sólidos y luego se le agrega la cal con la urea. Al final, debe tener esa consistencia sólida y dura para evitar que el ganado muerda el bloque nutricional y lo ingiera demasiado rápido, de modo que hasta la forma redondeada del mismo debe obligar a la vaca a lamer en lugar de morder. Una vez realizados los análisis bromatológicos o nutricionales y de habérseles aplicado las normas Covenin de suplemento para ganado, el resultado arrojó que estaba suficientemente balanceado. Con la investigación de Istúriz se consolida un alimento que debe ser ingerido en alternancia con el pasto y que debería estar dirigido al campesinado de conuco, más que a grandes hacendados que manejan enormes extensiones de tierra y ganado para uso comercial y a los que les proveen de complementos alimenticios preexistentes en el mercado que un campesino no puede adquirir. Del laboratorio al corral Después de haber dado con la fórmula para hacer el complemento alimenticio en los laboratorios había que probarlo. Tras considerar algunas alternativas que resultaron fallidas, la solución la aportó un integrante del equipo de trabajo al sugerir hacer la investigación en el monasterio “María Reina de los Ángeles”, en Chirgua, estado Carabobo, de manera que pusieron a disposición en el convento a nueve animales seleccionados y discriminados por edad y sexo, y se les administró el alimento de manera controlada. En esta etapa de pruebas, la investigación requirió suma

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Con la siembra de árboles niños y niñas aprenden sobre el cuidado y la protección del ambiente

Niños y niñas de la Unidad Educativa Generalísimo Francisco de Miranda, ubicada en la Base Aérea La Carlota, en Caracas, participaron en la reforestación de 8 especies de árboles, como parte de las actividades programadas en durante el mes de junio por el Día Mundial del Ambiente, celebrado el pasado 5 de junio. En la actividad promovida por el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), en compañía de la Misión Árbol, los niños y niñas con edades comprendidas entre 6 y 11 años, recibieron una inducción sobre la importancia de los árboles y los bosques, en pro de incentivar el cuidado y la protección de los mismos. La oportunidad fue propicia para sembrar, en estos espacios, cuatro araguaneyes y cuatro jacarandas y aprender sobre estos árboles. Durante el encuentro los estudiantes recibieron una clase de yoga sustentable, dirigido por un profesional de Misión Árbol.hinchables de agua Al respecto, Yvelit Guerrero, coordinadora de Energía y Ambiente del CNTQ, indicó «que con estas actividades hacemos conciencia ambiental a los más pequeños y fomentamos el cuidado del medio ambiente». El encuentro busca fomentar el cuidado y la protección del ambiente en los jóvenes estudiantes, creando conciencia sobre la importancia de estos sistemas para la vida humana.

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Suez Montes: una ingeniera que diseña, crea y construye en Venezuela

La ingeniería puede ser considerada una carrera para hombres. Al igual que otras ciencias como la química, la física y la matemática, son estudios con alta presencia masculina y poca femenina. Con el paso de los años, el reconocimiento de esta desigualdad y la creación de leyes en materia de igualdad de género, han permitido a las mujeres dar pasos firmes para alcanzar altos niveles profesionales y, al mismo tiempo, liderar proyectos que contribuyen con el desarrollo de todo un país. Una de ellas es Suez Montes, quien a sus 26 años de edad ya es graduada en la carrera de ingeniería industrial y labora en el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ente adscrito al ministerio para Ciencia y Tecnología. Sus inicios Suez explica que la ingeniería es una disciplina y también una profesión que fomenta la aplicación de conocimientos técnicos y científicos. “La palabra ingeniería proviene del latín “ingenium”, que en español significaría ingenio. Aprender este término me ayudó mucho, ya que desde pequeña me apasionaba hablar con mi primo Alberto sobre sus días como ingeniero mecánico y buzo en la represa del Guri. Desde ese momento, tomé la decisión de que yo también quería sentir en mi vida el placer que él me describía”, comenta emocionada. Montes señala que esta carrera permite solucionar problemas y retos que se presentan diariamente, ya que se transforman ideas en acciones. Aportando su granito de arena La profesional afirma que, gracias a sus estudios, ha realizado varios aportes a la industria, diseñando e implementando proyectos con el fin de fomentar el aprovechamiento de todos los recursos que se tienen al alcance en el país. Estos proyectos buscan a su vez “mejoras en los sistemas, apoyo financiero, controles de recursos y lo más importante, salvaguardar la seguridad industrial venezolana”. Sus pasiones La ingeniera venezolana es una apasionada de la natación y la meditación; actividades que práctica en sus tiempos libres y que la ayudan a relajarse. “Medito todos los días al despertar para conectarme y aprovechar al máximo mi día en mi espacio de trabajo”, menciona. Además, le gusta estudiar. Cuenta que, actualmente, realiza una maestría en Sistemas de la Calidad; una certificación en parques de generación eólicos y fotovoltaicos; y clases de idiomas. Montes también es voluntaria en una casa hogar donde aplica sus conocimientos de estudio, a través del diseño de un sistema de evacuación en caso de incendio y temblores, para que los residentes y el personal se mantengan preparados ante cualquier eventualidad. Labores en el CNTQ La ingeniera comenta que su primera experiencia laboral es en el CNTQ, un espacio que le ha dado la oportunidad y la confianza de crecer al lado de profesionales altamente calificados, en un ambiente muy ameno. “Si hoy en día alguien me preguntara qué carrera debe elegir, le diría que estudiar ingeniería conlleva grandes retos, pero también grandes recompensas”, precisa. Describe que la ingeniería promueve el desarrollo de grandes beneficios a favor de la humanidad y “te concede el poder de estimular conocimientos técnicos, científicos, prácticos y empíricos”. Finalmente, Suez invitó a los jóvenes estudiantes a adentrarse en esta carrera. “Estudiar ingeniería es poder utiliza el ingenio que llevas dentro para diseñar, crear y construir en Venezuela”, comentó la ingeniera. Mujeres en la ingeniería Si algo han podido demostrar las mujeres es que con ingenio, creatividad, compromiso y pasión se rompen paradigmas. Ingenieras venezolanas como Suez Montes continúan trabajando en aportar una mejor calidad de vida para la población, dejando la labor de las ingenieras en lo más alto.

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CNTQ consolida independencia tecnológica con la fabricación y entrega de casco para pilotos de combate

Este viernes, a propósito de la graduación conjunta de los Pilotos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología realizó la entrega al ministro para la Defensa, General en Jefe Padrino López de un casco de vuelo modelo para pilotos del grupo de entrenamiento número 14, el cual fue elaborado por investigadores del Centro Nacional de tecnología Química (CNTQ) y la FANB. El casco fue entregado en nombre de la ministra Gabriela Jiménez Ramírez por la Dra. Magaly Henríquez, presidenta del CNTQ, quien resaltó los avances realizados por el grupo de investigadores venezolanos quienes estudiaron el proceso productivo del casco de vuelo. Cascos de vuelo La elaboración de este modelo de casco se dio en 3 etapas: la primera involucra el diseño del casco; posteriormente se desarrolla el proceso de fabricación de la carcasa exterior (félula) y su revestimiento; y la tercera consiste en la fabricación de distintos componentes como: el visor del casco, la correas de sujeción, el sistema de comunicación, entre otros elementos que involucraría la instrumentaría y la estética del casco. Una vez reunidas todas las partes, el casco es ensamblado y sometido al proceso de certificación. Los resultados permitieron obtener una Certificación Técnica Nacional de tipo aeronáutica militar, en la fabricación de cascos de vuelo, por un lapso de cinco (05) años. La ejecución de este proyecto fue posible gracias al financiamiento del Fonacit, con miras a consolidar la independencia tecnológica nacional en materia de producción de cascos de vuelo, contribuyendo con el desarrollo científico de la nación y reduciendo gastos por importación en el país. En el acto, también se realizó la entrega de un reconocimiento al CNTQ, por parte de las autoridades de la FANB. Anterior Siguiente

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Caravana de la Química potencia la formación docente en Cojedes

El Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ente adscrito al Ministerio para Ciencia y Tecnología (MinCyT), desplegó en el estado Cojedes la “Caravana de la Química: Encuentro pedagógico y de enseñanza de la ciencia y la química”. En la actividad, que se realizó en el Auditorio de la Universidad Deportiva del Sur, en el municipio San Carlos, participaron 93 maestros y maestras de la Zona Educativa de la localidad, pertenecientes a varios municipios, responsables de asignaturas como Biología, Química, Matemáticas, entre otras. El encuentro tuvo como propósito facilitar herramientas para la formación, desde la neurociencia, que puedan ser aplicados en las aulas de clase para la enseñanza de los niños, niñas y jóvenes, en estas áreas. El desarrollo de la actividad es apoyada mediante la publicación o cuadernillo del CNTQ: «Juguemos Haciendo Ciencia». Entre los resultados a esperar con estas jornadas están: • Organización nacional de docentes en química en articulación con el CNTQ.• Motivar a los docentes en su proceso de enseñanza de la química.• Evaluar los desafíos para motivar al estudio de la química en niños y niñas.• Entrega de kits de laboratorio básicos para implementar experimentos de una química cotidiana, tanto para primaria como secundaria.• Socializar el cuadernillo Juguemos Haciendo Ciencia.• Entrega digital de guía de experimentos de químicas para niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

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CNTQ y Ruta Científica enseñan sobre procesos socios productivos a estudiantes de Caracas

Investigadores de la Fundación Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (MinCyT), continúan con las prácticas sobre proyectos socioproductivos dirigidos a estudiantes del 5to año de bachillerato de la U.E.N. Generalísimo Francisco de Miranda, como parte de la Ruta Científica del programa nacional Semilleros Científicos. En la actividad, los jóvenes aprendieron sobre el conuco escolar, y tuvieron la oportunidad de crear semilleros de cartón con la finalidad de lograr una germinación exitosa de semillas de ají, lechuga, tomate, perejil y pimentón. Asimismo, conocieron sobre herramientas económicas y sostenibles para cultivar sus propios alimentos, la educación ambiental y el reciclaje. Por otra parte, los estudiantes recibieron inducción básica para la elaboración de lombricuario, hechos con cestas de plástico, con el fin de producir abono orgánico como fertilizante para mejorar la calidad del suelo y a su vez de sus cultivos. El CNTQ continúa trabajando de la mano con el programa Semilleros Científicos, con el firme propósito de impulsar la generación de talento calificado que permita superar los obstáculos para la producción nacional.

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