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Celebración del décimo octavo aniversario del Centro Nacional de Tecnología Química

En el marco de la celebración del décimo octavo aniversario del Centro Nacional de Tecnología Química se realizó una edición especial de la revista Ciencia en Revolución, en la cual se publicaron los artículos que recientemente se hicieron acreedores del premio como Mejor Artículo Científico otorgado por la Vicepresidencia Sectorial para Ciencia, Tecnología, Educación y Salud. En tal sentido, esta edición inicia abordando el área de salud, con tres artículos científicos. En primera instancia, Marjorie Bastardo y colaboradores, nos brinda una visión de la vigilancia ambiental de SARS-CoV-2 en Caracas, mediante la implementación de la epidemiología de aguas residuales. Luego, Daniela Anato y colaboradores, realizan una evaluación de la capacidad de extractos seleccionados de las plantas de la higuera (Ficus carica) y el orégano orejón (Plectranthus amboinicus) para inhibir la infección de SARS-CoV-2 en células Vero E6. Seguidamente, Soriuska Mayora Hernández y colaboradores, presentan un trabajo de revisión preliminar, donde determinan la prevalencia de reacción cruzada de carbohidratos (CCD) en el panel de IdE específica para alimentos en población mestiza venezolana. Además, Rossana Jaspe y colaboradores nos hacen entrega de un artículo de divulgación sobre los programas de vigilancia genómica y su utilidad para identificar, monitorear y determinar el grado de dispersión de variantes virales. También, Rosabel Hernández y Yordi Boher, presentan los avances en el uso de anticuerpos IgY para la identificación de Escherichia coli enteropatógena. Posteriormente, la edición se adentra en el área ambiental con dos artículos de divulgación, iniciando con el aporte de Yurani Godoy Rangel con su trabajo que se centra en el agroecosistema, como un sistema socioecológico y su capacidad para resistir a la crisis ambiental global. Luego, continuamos con el trabajo de Reinaldo Atencio y Alexander Briceño en el cual nos brindan información sobre la cosecha de humedad atmosférica, nuevos materiales y tecnologías bioinspirados para mitigar la escasez de agua. Seguidamente, hacemos un recorrido por la sociología con los artículos de divulgación de Gustavo Semprún, quien mediante una investigación explorativa, interpretativa y propositiva realiza un análisis interpretativo del oprimido como alternativa descolonial a la hermenéutica. De igual forma, Fabiola Velasco Pérez que nos brinda una exploración crítica y documental que aborda el tema del discurso integracionista del siglo XIX como referente de construcción de una identidad cultural nuestroamericana. Luego, la edición continúa con el artículo científico de Clímaco Álvarez y colaboradores, en donde nos presentan la valorización de la calidad física y sensorial de muestras de granos de cacaos fermentados y secos de diez regiones de Venezuela. Asimismo, Mariela Cova y Antulio Prieto nos hacen entrega de un artículo de divulgación sobre el uso local de la fauna silvestre en dos comunidades del Macizo Montañoso del Turimiquire, estado Sucre, Venezuela. Y finalmente, Enrique Acasio nos presenta una revisión preliminar referente a la decodificación de un calendario lunar metónico, representado en un petroglifo geométrico de la estación Capubana. El CNTQ reitera una vez más su compromiso de servir como una ventana para mostrar con orgullo a Venezuela y al mundo, los avances en materia de ciencia y tecnología, extendiendo la invitación a todos los autores fuera y dentro de nuestras fronteras, a publicar y continuar fortaleciendo el área científico-tecnológico y social.

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CNTQ y Aviación Militar Bolivariana: mano a mano con la innovación tecnológica venezolana

En Venezuela, la unión cívico-militar está cada vez más fortalecida, en función de una dinámica orientada desde el Gobierno Bolivariano para satisfacer necesidades sociales en áreas como la salud, la educación, el resguardo de la soberanía nacional, los procesos electorales y el desarrollo científico-tecnológico. Esta apuesta por la unidad integral del pueblo, sin distingo del espacio o cargo que ocupe, fue promovida y ejecutada por el líder de la Revolución, Hugo Chávez. Muestra de ello es el proyecto que desarrolla el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ) junto a la División de Ingeniería y Desarrollo Aeroespacial de la Aviación Militar Bolivariana (DIDA), para la fabricación de cascos de alto vuelo, que requieren los pilotos de este componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Jiraleiska Hernández, es ingeniera ambiental y directora del CNTQ; actualmente es líder del proyecto de diseño, fabricación y certificación de los cascos aeronáuticos, y parte activa del equipo del Mincyt. Hernández, explica que esta tarea se hace “de manera cooperativa, tejiendo y entrelazando conocimientos, capacidades, instalaciones, materia prima, criterios técnicos y militares para dar respuesta a una necesidad que demanda el país, que demanda nuestro componente (aviación)”. Asegura que la alianza entre el Polo Científico y la Aviación Militar Bolivariana permitió el desarrollo de los prototipos “a partir de un bloqueo que nos han impuesto a nosotros como país; esta necesidad amerita el trabajo colectivo, cooperativo entre lo cívico – militar, para dar respuesta a los requerimientos y demandas del país. Es un proyecto financiado por Fonacit, en el año 2022, que nos ha permitido escalar y generar prototipos de desarrollo”. Detalla que las pruebas de análisis físico-químicas otorgan a los cascos una certificación nacional de tipo aeronáutico para su fabricación en el territorio nacional, con una duración de cinco años. Asimismo, la investigadora valora el papel de la mujer venezolana en el desarrollo de la ciencia, y la incorporación de expertos, tecnólogos y profesionales de diversas áreas, que están compartiendo sus saberes para elevar la potencialidad científico-tecnológica de Venezuela. “El incorporarnos como personal femenino en un componente donde históricamente la participación de la mujer ha sido limitada o escasa nos ha permitido abrir las puertas a los nuevos profesionales de distintas áreas del conocimiento, para seguir apalancando, generando respuestas, escalamiento de procesos y desarrollo tecnológicos para la defensa nacional”, finalizó. Cascos venezolanos con estándares de calidad Otra de las voces del proyecto es Alfredo Lozada, técnico especialista en protección a las tripulaciones aéreas, con 42 años de experiencia en el Servicio de Intendencia (en el área de equipo de vuelo), considera valioso participar en este proyecto pues el casco nacional ha sido creado prácticamente todo con materia prima venezolana. Al respecto detalla que: “La confección de las copas auditivas anteriormente venían con los cascos de afuera, lo estamos fabricando aquí con la ayuda de materiales comprados en el comercio; tenemos la parte del forro que es el protector que lleva el piloto para proteger su cabeza, para reducir el impacto en caso de una emergencia que pueda tener el piloto”. Explica que la parte más difícil de elaborar fueron los visores; sin embargo, lograron adaptar uno que se asemeja al original y funcionalidad. “El casco, hecho aquí en Venezuela, tiene los mismos estándares de los cascos (internacionales), conozco el casco francés, el americano, el chino, comparten el mismo estándar, a parte de las pruebas que pasaron ellos, cumplen con todas las garantías. Como técnico especialista certifico la elaboración de este casco”. Afirma que la DIDA también ha valorado positivamente la creación y la funcionalidad de estos equipos de protección para la aviación nacional venezolana. “En mi tiempo de experiencia a mis alumnos les he dicho que tengan confianza, que no tengamos que depender de otras naciones; nosotros, aquí mismo en Venezuela, teniendo todos los recursos, seamos fabricantes de nuestros propios productos, necesarios para el sostenimiento sobretodo de la parte aeronáutica, tanto en la parte civil como en la parte militar”, precisó. Lozada comparte el trabajo con cinco personas, una de ellas es Romny Castro, técnico en protección a las tripulaciones aéreas, quien trabaja en el servicio de intendencia en el área de equipos de vuelo. Sobre su participación en la producción, Castro dice que gracias a los conocimientos se atrevieron a incursionar “en la fabricación del casco nacional para ser más independientes y tener producción nacional”. Conoce cómo trabajar todos los componentes de los cascos y asegura que “una vez teniendo el material a la mano y con ayuda del clima, la fabricación es netamente manual, es artesanal por decirlo así, nos ayudamos con un molde, y si el clima no los permite puedo tener un casco en 20 minuto o media hora; de allí viene el proceso del perfilado, el acabado y dejarlo listo para pintura”. Lozada, como el resto de este equipo está orgulloso de servir a la Patria con este proyecto científico, de innovación y tecnológico. “Tenemos ya bastante tiempo en la parte de la experiencia, y ahora incursionamos en la parte de la innovación y esa parte de la independencia que nosotros podemos hacer nuestra fabricación del casco y no depender de más nadie». FANB consecuente y solidaria En los 24 años de Revolución los componentes de la FANB han transitado diversos escenarios para la defensa nacional y del pueblo. Aquellos escenarios de la Cuarta República, donde los militares estaban alejados del pueblo, quedaron en la memoria de quienes vivieron los años más duros de la represión política en Venezuela. Hoy, en medio de las dificultades se han forjado escenarios de solidaridad y construcción colectiva junto al pueblo, que además integra la Milicia Nacional Bolivariana, una reserva nacida a la luz de la Revolución con la orientación del comandante Hugo Chávez, que comprende el compromiso de la defensa de la Patria y de creación de un modelo productivo nacional que derrote cualquier amenaza extranjera. Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Vanessa Gutiérrez. Anterior Siguiente

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Con la siembra de árboles niños y niñas aprenden sobre el cuidado y la protección del ambiente

Niños y niñas de la Unidad Educativa Generalísimo Francisco de Miranda, ubicada en la Base Aérea La Carlota, en Caracas, participaron en la reforestación de 8 especies de árboles, como parte de las actividades programadas en durante el mes de junio por el Día Mundial del Ambiente, celebrado el pasado 5 de junio. En la actividad promovida por el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), en compañía de la Misión Árbol, los niños y niñas con edades comprendidas entre 6 y 11 años, recibieron una inducción sobre la importancia de los árboles y los bosques, en pro de incentivar el cuidado y la protección de los mismos. La oportunidad fue propicia para sembrar, en estos espacios, cuatro araguaneyes y cuatro jacarandas y aprender sobre estos árboles. Durante el encuentro los estudiantes recibieron una clase de yoga sustentable, dirigido por un profesional de Misión Árbol.hinchables de agua Al respecto, Yvelit Guerrero, coordinadora de Energía y Ambiente del CNTQ, indicó «que con estas actividades hacemos conciencia ambiental a los más pequeños y fomentamos el cuidado del medio ambiente». El encuentro busca fomentar el cuidado y la protección del ambiente en los jóvenes estudiantes, creando conciencia sobre la importancia de estos sistemas para la vida humana.

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CNTQ y Ruta Científica enseñan sobre procesos socios productivos a estudiantes de Caracas

Investigadores de la Fundación Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (MinCyT), continúan con las prácticas sobre proyectos socioproductivos dirigidos a estudiantes del 5to año de bachillerato de la U.E.N. Generalísimo Francisco de Miranda, como parte de la Ruta Científica del programa nacional Semilleros Científicos. En la actividad, los jóvenes aprendieron sobre el conuco escolar, y tuvieron la oportunidad de crear semilleros de cartón con la finalidad de lograr una germinación exitosa de semillas de ají, lechuga, tomate, perejil y pimentón. Asimismo, conocieron sobre herramientas económicas y sostenibles para cultivar sus propios alimentos, la educación ambiental y el reciclaje. Por otra parte, los estudiantes recibieron inducción básica para la elaboración de lombricuario, hechos con cestas de plástico, con el fin de producir abono orgánico como fertilizante para mejorar la calidad del suelo y a su vez de sus cultivos. El CNTQ continúa trabajando de la mano con el programa Semilleros Científicos, con el firme propósito de impulsar la generación de talento calificado que permita superar los obstáculos para la producción nacional.

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Jiraleiska Hernández impulsa la ciencia en Revolución desde el CNTQ

Jiraleiska Yurubi Hernández Castellanos, es una joven venezolana nacida en La Guaira el 6 de agosto de 1988, desde pequeña se interesó por los fenómenos sociales, la comprensión del lenguaje y la relación entre personas, por ello quería estudiar las carreras de psicología, antropología o comunicación social, pero sin dejar de lado la defensa de la naturaleza. Así fue como comenzó su formación en la Universidad Marítima del Caribe, en la carrera de Ingeniería Ambiental, ya que “esta profesión combina la lucha global por un mundo mejor, con el cuidado de la Pachamama y del ser humano como parte de un sistema” indica Jiraleiska; y a pesar de que era un área donde las mujeres no tenían tanta presencia, continuó su camino hasta convertirse en ingeniera. “La ingeniería ambiental es una profesión que nace como resultado de la crisis ecológica planetaria, como médicos del planeta. Es una carrera pensada para la vida en todas sus formas. Hoy soy ingeniera ambiental, ahora con una visión más amplia, que comprende también el lenguaje de las personas y de la naturaleza misma, ahora combino mis anhelos de niña de estudiar fenómenos sociales y ambientales en una sola profesión”, comenta Jiraleiska. Actualmente, ella ocupa el cargo de Directora Técnica en el Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ente adscrito al Ministerio para Ciencia y Tecnología (MinCyT). Jiraleiska, es una de las mujeres que lleva la batuta en proyectos de gran envergadura que se ejecutan a través de este ente, en pro de lograr el desarrollo productivo del país. —¿Cómo fue su ingreso al CNTQ? Llegue aquí a principios del mes de octubre del año 2015 y entré con el cargo de Coordinadora de Energía y Ambiente, allí estuve durante cincos años desarrollando distintos proyectos de investigación. Luego fui coordinadora de una subcomisión presidencial que lleva el ministerio de Ecosocialismo, donde se desarrollaban propuestas, planes y proyectos orientados a la valorización de los residuos. A raíz de estos programas comenzó todo un proceso de investigación para la extracción de varios minerales presentes en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), siendo este uno de los proyectos que llevamos actualmente en el CNTQ. —¿Qué es el CNTQ? El CNTQ es una escuela en la que muchos profesionales buscan aprender y crecer. Es una plataforma tecnológica para transformar. Para que lleguen aquí con ideas que puedan ser producidas, puedan ser escaladas y puedan desarrollarse. —¿Cuál es el aprendizaje más importante que has adquirido durante tu tiempo en el CNTQ? He aprendido a tener visión sobre el desarrollo científico del país. Tener visión es importante para saber hacia dónde vas y con quién cuentas para lograr esos objetivos; Y si bien el bloqueo nos ha afectado, con la exportación de talentos, también nos ha permitido trabajar con muy buenos profesionales y personas en las comunidades, en el entretejido de inventiva popular para la resolución de problemas técnico-científico. Trabajar con lo que tenemos, con los residuos, con quien estamos, con nuestro proceso de formación. Es la creación de una red para, en conjunto, poder desarrollar los proyectos que nosotros hemos identificado que son prioridades. —¿Siendo mujer, cómo es formar parte de la industria química del país? Es un trabajo con muchísimos retos, porque el campo científico es bastante competitivo, en especial cuando tienes cargos y responsabilidades ya sea en el hogar, como pareja o inclusive demandas de crecimiento profesional, no es tan sencillo que escuchen a una mujer. ¿Por qué una mujer en el área científica si hay más hombres con más experiencias? Siempre preguntan. Son esos prejuicios de que las mujeres jóvenes no tienen la experiencia los que hacen difícil la labor en esta área. —¿Cuál ha sido el reto más difícil que ha enfrentado como trabajadora del CNTQ? El bloqueo ha ocasionado que el proceso de comercialización de algunos reactivos químicos sea complicado de adquirir, porque muchos suplementos y accesorios que utilizan nuestros equipos son de casas comerciales internacionales y los costos son elevados y más cuando debes acudir a un tercero para poder adquirirlos. Por ello, hemos tenido que buscar opciones, a través del apoyo del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) o con el Instituto de Ingeniería; entre todos nos apoyamos para potenciar nuestros equipos y nuestros laboratorios, porque solos no podemos y trabajar de manera aislada nos ha comprobado que no es posible. —¿Cuáles son los proyectos que se están llevando a cabo en este momento en el CNTQ en pro del desarrollo del país? Nosotros tenemos actualmente seis proyectos que son: diseño, fabricación y desarrollo de cascos para la protección de los militares de la Aviación Nacional Bolivariana; la extensión de la vida útil de los cartuchos de eyección de los aviones F16. También, está el proyecto de la formulación de bloques multinutricionales que transforma residuos en alimento para ganados; Síntesis de cianuro para la industria minera; el programa para la formulación de alimentos para caballos y, finalmente, la producción de fertilizantes orgánicos y biocontroladores para utilizar en 30.0000 hectáreas en suelos venezolanos. Tenemos aquí muchos profesionales en el área química, petroquímica, geoquímica, ingenieros ambientales, biólogos, ecotoxicólogos, un grupo de veinte personas de diversas áreas de conocimientos para desarrollar distintas investigaciones. —¿Qué proyectos tiene a futuro del CNTQ? Tenemos en puerta el proyecto de micro fermentación de cacao. Nuestro cacao es reconocido a nivel mundial por su calidad, por su sabor, por su aroma. La micro fermentación de cacao es un proceso controlado que permite adicionar microorganismos particulares para mejorar las características de sabor y aroma en cacao. Ese es uno de los proyectos que tenemos y que hemos desarrollado a nivel teórico y que requiere un desarrollo a nivel práctico para saber si realmente los resultados cumplen con lo que visualizamos. —¿Cómo contribuye el CNTQ a la formación de nuevos profesionales en el área de la química para la preservación de estos proyectos? A través del programa la Ruta Científica, que ha sido todo un reto, porque es enseñarle a los estudiantes que el estudio de la química puede ser

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Incentivan estudios por la química en jóvenes del Inces

Estudiantes del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES) recorrieron las instalaciones del Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ), ubicado en la Base Aérea La Carlota de la ciudad de Caracas, como parte del programa de incentivo de la Ruta Científica, impulsado por el Ministerio para Ciencia y Tecnología (MinCyT). Durante la visita, los jóvenes estudiantes experimentaron, a través de dinámicas lúdicas, pedagógicas y demostraciones de experimentos, el interés al estudio de las carreras científicas, con énfasis en la química y la petroquímica. La actividad fue coordinada por el CNTQ con el objetivo de dar a conocer los distintos proyectos que viene realizando la institución; además de ofrecer una introducción al mundo de la química, donde el tema central giró en torno al petróleo y la petroquímica vistos desde el conocimiento científico. Asimismo, durante el recorrido los estudiantes conocieron sobre el proceso complejo de obtención de la gasolina, por medio de explicaciones teóricas y prácticas. La próxima visita de voceros y estudiantes del Inces de Caracas y Miranda al Centro Nacional de Tecnología Química será el próximo viernes 19 de mayo, para continuar fortaleciendo la Ruta Científica Inces-CNTQ.

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